Cuatro letras que ya no logran demostrar un sentimiento. Cuatro letras que no se acercan a abarcar la complejidad de lo que siento. Porque amor ya no puede compararse a todo esto, porque esa palabra ya no me sirve para demostrarlo.
Hay un partido que he de disputar para ser merecedora de esta victoria, porque sino solo me dura la noche del vencimiento. Necesito ganar, necesito saltar al terreno de juego y marcar ese gol con el que sueño, alzarme con la copa y ver como todos aplauden lo que hice, como todos sonríen por ello... como todos son felices gracias a mí.
Pero de nuevo, ese jugador cobarde que no puede jugar, quedará en el banquillo, a la espera de que alguien marque por él... a la espera de una supervivencia sencilla... a la espera de lo cómodo...
sábado, 8 de marzo de 2008
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